¿POR QUÉ ALGUNOS DÍAS TENGO TANTA HAMBRE A PESAR DE COMER?

¿Te ha pasado alguna vez que la ansiedad pareciera apoderarse de tu estómago y no te sacias con nada? Pues bien, muchas veces no sólo se trata de simplemente tener hambre. Existen varios hábitos en nuestra rutina que no estamos realizando en forma adecuada y que repercuten en la aparición insistente del apetito. ¿Cuáles son? Acá te contamos.


  • SUEÑO: Es un factor crítico en el control de las hormonas del apetito, «Grelina» y «Leptina», encargadas de controlar nuestro sentimiento de hambre.

    Una adecuada cantidad de sueño ayuda controlar la Grelina que es la droga que estimula el apetito. La falta de sueño, en cambio, eleva los niveles de Grelina con lo que se produce hambre y antojos.

    También disminuye la Leptina, que es la hormona de la saciedad. En conjunto estas hormonas aumentan el apetito y disminuyen la sensación de saciedad.

  • EJERCICIO VIGOROSO: Éste dispara el metabolismo y con ello se produce más hambre. Intenta comer más alimentos llenadores, como las frutas y verduras ricas en fibra que satisfacen el estómago.

  • COMER MUY POCA PROTEÍNA, GRASA o FIBRA:  La proteína es saciadora y aumenta otras hormonas de saciedad. Los alimentos ricos en fibra satisfacen el hambre activando ciertos receptores en el estómago. Estos receptores envían señales al cerebro haciendo que lo que se ha comido sea suficiente.

  • COMER MUCHOS CARBOHIDRATOS: Si son muy refinados no producen saciedad (como panes y pastas) y el organismo los digiere muy rápido, por lo que no dan sensación de saciedad.

  • CONSUMO DE JUGOS: Los alimentos líquidos y sólidos se digieren en forma diferente. Además, los líquidos abandonan más rápido el estómago.

  • TOMAR BASTANTE LÍQUIDO: Incorporar este hábito hará que durante el día te de mayor sensación de saciedad.

  • MEDICAMENTOS: Algunos medicamentos dan sensación de hambre (antipsicóticos, antidepresivos, corticoides y antiepilépticos).

  • ALGUNAS ENFERMEDADES: Diabetes, hipertiroidismo y depresión, también hacen que tu ansiedad y ganas de comer aumenten.

  • ESTRÉS: Gatilla el hambre. El cortisol que se produce en el estrés aumenta aún más el apetito.



¿Tienes más dudas al respecto? Agenda tu hora aquí con nuestros especialistas.