Los tratamientos destinados al rejuvenecimiento facial son cada vez más avanzados e indoloros. Mejor aún si hablamos de procedimientos no invasivos, que no dejan huellas visibles y permiten retomar nuestras actividades el mismo día –o máximo el día después– de realizada la intervención.

Reconstrucción volumétrica

Pasados los 30 años comienza la pérdida de grasa y hueso en el rostro. Esta técnica consiste en la realización de varios rellenos que buscan recomponer dicha pérdida de volumen. Previo al tratamiento se realiza un análisis volumétrico y tridimensional del rostro, «para determinar las zonas de pérdida de volumen que deben ser intervenidas, y así lograr un rejuvenecimiento muy natura». ¿De qué se trata? Es una aplicación inyectable que usa ácido hialurónico y que puede combinarse con otras técnicas.

«El ácido hialurónico genera de forma secundaria la revitalización de la piel, por lo tanto, se ve más tersa y luminosa. El tratamiento se puede combinar con otras técnicas como la mesoterapia –para revitalizar aún más la piel– o toxina botulínica, especialmente cuando hay arrugas en la zona superior del rostro». El tiempo de duración de la Reconstrucción Volumétrica Facial va a depender de la cantidad de milímetros que se apliquen, y pueden ser de 30 a 60 minutos. «Se realiza mediante inyecciones con agujas y/o cánulas (agujas flexibles sin punta). Al ser un procedimiento no invasivo no se requiere tiempo de recuperación, pues se realiza con anestesia local».No hay molestias posteriores, » si es que se presenta un leve dolor, es bastante menor y cede con analgésicos«. Los resultados son visibles inmediatamente «e irán mejorando con el paso de los días debido a que el ácido hialurónico absorbe agua, y esto permite la mejoría paulatina en el rostro del paciente».