TODO LO QUE NECESITAS SABER ANTES DE EMPEZAR A HACER EJERCICIO


Estamos en el mes de la Copa América y probablemente a muchos se nos han contagiado las ganas por querer empezar a ponernos en forma y lucir igual de tonificados que los jugadores que vemos en la cancha. Sin embargo, comenzar una actividad física de la noche a la mañana sugiere importantes precauciones que debemos tomar en cuenta.

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos decidido comenzar a ir al gimnasio o desarrollar el hábito de salir a trotar todas las mañanas. Lo que muchas veces no consideramos, es que nuestro cuerpo, tras haber pasado por un largo período de sedentarismo, puede sufrir algunas alteraciones si lo exponemos al ejercicio físico de manera repentina e intensa. 

Por ello, es importante comenzar con una preparación paulatina y mínima antes de comenzar una rutina de ejercicios si eres una persona sedentaria. Muchas veces, por nuestro horario de trabajo u otros impedimentos, no logramos tener espacio para realizar deporte o sólo lo hacemos el fin de semana o como un pasatiempo entre amigos. Y aunque parezca algo totalmente inofensivo, nuestra salud puede verse sumamente afectada al realizar un cambio brusco en nuestra rutina física.

Hay ciertos movimientos que debemos aprender a realizar de forma correcta, saber cómo organizar una rutina de entrenamiento y además nuestra alimentación. Pero antes de someterte a un régimen estricto es indispensable que te realices un chequeo médico, para así saber qué tipo de ejercicio físico es el adecuado para realizar según los objetivos que queramos obtener.

Si bien el ejercicio siempre va a ser beneficioso para nuestra salud y que su recomendación tiene un carácter universal, lo cierto es que las indicaciones no siempre son las mismas para cada persona ni se pueden practicar de la misma manera. Todo depende de cómo es nuestro organismo, en qué estado se encuentra, si presenta enfermedades base o no, etc.

Para ello, es necesario saber que:

  • Antes de realizar el ejercicio adecuado para nuestro cuerpo, se debe conocer las patologías que tenemos heredadas por nuestros antecedentes familiares o personales, como por ejemplo, enfermedades, lesiones, uso de fármacos, etc.
  • Debemos tener en cuenta los hábitos que tenemos, tanto alimenticios como físicos.
  • También es importante realizar una “prueba de esfuerzo” sobre todo a personas mayores de 45 años, por el aumento de riesgo cardiovascular. 
  • Recuerda no sobreestimar tus capacidades. Probablemente, hace unos 10 o 20 años atrás, podías correr durante todo un partido de fútbol sin ningçun problema. Sin embargo, si llevas tiempo sin hacerlo, tu cuerpo ya no va a reaccionar de la misma manera. Por ello, debes adaptarte a tus nuevas limitaciones, e ir progresando poco a poco.
  • Debes tener paciencia y dejar que tu cuerpo decida sus tiempos de progreso. No esperes que en sólo 2 meses puedas recuperar tu anterior estado físico. Si pones presión sobre tu cuerpo, corres el riesgo de realizar cosas demasiado rápidas y por ende, mal. La constancia es fundamental.
  • No olvides el riesgo a lesionarte. Si pasas del sedentarismo a la actividad física constante, puedes correr el riesgo de sufrir alguna lesión, ya que tu cuerpo no estaba a acostumbrado a moverse. Recuerda que has perdido fuerza, velocidad, equilibrio y resistencia, por lo que tu cuerpo está menos preparado para el estrés del ejercicio. Por ello, es importante, partir con elongaciones y trotes suaves, además de realizar ejercicios de calentamiento antes de comenzar tu rutina y de estiramiento, al terminar. 
  • Y lo más importante: ¡disfruta de tu entrenamiento! No dejes que factores externos te desconcentren y te desmotiven. También puedes pedir ayuda de un profesional, quien te puede orientar de mejor manera.


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